Después de la buena noticia de que la IAAR había recogido € 2000, gracias a la acción de Music For Live, para la formación PRH en las cárceles belgas (especialmente en Lovaina), empezamos con mucho ánimo el curso “A la escucha de mi mundo interio” para los reclusos que habían seguido el de “¿Quien Soy yo?”.
Eran tiempos turbulentos, entrecortados por huelgas del personal. Como consecuencia, nuestra gente tenía que abandonar el local de vez en cuando. Sin embargo esta situación justamente suscitaba en los detenidos unas sensaciones muy vivas y propicias para el análisis.
Y entonces se declaró el virus.
Se cerraron las prisiones y ya nadie podía entrar en ellas.
Se acabaron las reuniones en grupo, las entrevistas, las visitas, incluso muchas veces se tenía que parar el trabajo.
Socialmente, la gente vivía concretamente lo que significa estar privados de libertad y no poder ir adonde se quiera.
Los detenidos saben muy bien lo que es esto. Sentían mucha compasión hacia la gente «del exterior» que ahora sufrían lo mismo que ellos. Recibí muchas llamadas compasivas desde la prisión. Cartas, también.
Y al mismo tiempo me daba cuenta de que estaban más aislados que nunca. A veces incluso estaban en cuarentena, de manera que ni siquiera se podían ver entre ellos.
En la carcel de Lovaina hay una cadena de televisión, Jail-TV, que los prisioneros pueden mirar desde su celda. Así que desde PRH desarrollamos unos webinars para esta cadena. Esto hacía posible dar apoyo a los detenidos en materia de salud mental. Gracias al apoyo de la IAAR pudimos desarrollar los siguientes talleres:
Se trata de dos talleres con muchas imágenes y sonidos de la naturaleza. Se invita a los prisioneros a analizar lo que les pesa pero también se les ayuda a conectar con su ser..
Dos colaboradoras PRH, Ingrid y Edwine, nos ayudaron a preparar paquetes creativos para los detenidos. De esta forma podían participar en el taller desde su celda.
Así pudimos ponernos en contacto con los 350 detenidos de Lovaina.
Los responsables de las cárceles de Brujas y de Gante también se interesaron por este programa y se sintieron empujados a utilizarlo a su vez. Así fue como la formación PRH se hizo accesible a más de 1000 detenidos.
Muchos prisioneros han expresado su agradecimiento a través del teléfono o mediante el correo.
También nosotros agradecemos las manos y los corazones de aquellos que hicieron todo esto posible gracias a la IAAR.
Machteld
