Lutgart, Bart y Lutgard dieron rienda suelta a su creatividad y recaudaron dinero para la IAAR, cada uno a su manera propia y original.
Lutgart: Imparto talleres a asociaciones y grupos de voluntarios de diferentes asociaciones. Los talleres giran en torno al voluntariado, con temas como la conexión, la solidaridad, una mirada diferente sobre la gente o sobre la escucha. La pandemia dejó todo en suspenso, pero desde la última oleada hubo solicitudes para hacer talleres en línea y así preparar el nuevo comienzo. La recaudación de estos talleres y de los primeros talleres en vivo, ahora que es posible de nuevo, se ha destinado a la IAAR.
Bart : Un amigo mío pasó parte de su vida en la RD Congo. Cuando su nieta se casó, ella y su pareja quisieron no sólo encontrarse unos con otros, sino también asociar este hermoso evento a una buena causa, a un signo de esperanza. También querían una boda lo más personal posible, desde la ceremonia hasta el lugar de la celebración, pasando por el más mínimo detalle de la decoración. Combinaron estos dos requisitos pidiéndome que proporcionara cuencos de cerámica torneados a mano, que se vendieron después de la boda para apoyar un proyecto de esperanza en el Congo, a través de la IAAR.
Lutgard : Durante años he soñado con jugar al “juego de contagio” en el trabajo. Es un juego de cualidades creado por PRH Flandes. Cuando cumplí 65 años en abril, se lo ofrecí a mis colegas. Porque así es como vivo este juego: como un regalo para los participantes. Como tengo todo lo que necesito, pedí hacer una contribución a la IAAR como regalo de cumpleaños.
La velada resultó muy agradable. Ya había jugado muchas veces a este juego, pero nunca hubo tantas risas y nunca había durado tanto. Todos los participantes se mostraron muy sorprendidos por las reacciones de sus colegas, a los que conocían más o menos bien. El juego sacó a relucir mucha positividad y humor en todos.
